Lo anterior fue una simple expectativa destruida tras darse a conocer una penosa situación en la que se encontró el actor al negarse a usar una mascarilla.
Fue en una farmacia de Los Ángeles donde al protagonista de Duro de Matar se le pidió que se retirara del establecimiento por no estar usando la protección indicada, de acuerdo con reportes de presentes. Consumidores dentro de la farmacia se molestaron al percatarse de que Willis no estaba usando cubrebocas, ni se estaba tapando nariz y boca, a pesar de tener una bandana alrededor de su cuello que fácilmente se pudo haber colocado.
Willis, de 65 años, fue fotografiado saliendo del comercio sin una mascarilla y sin haber realizar sus compras. No iba acompañado, pero como indican los reportes, tenía a otras personas cerca de él que se mostraron altamente preocupadas por la decisión de la estrella de Hollywood: ignorar los protocolos de seguridad COVID-19.
El actor había estado realizando la cuarentena con su exesposa Demi Moore, y las hijas que comparte con ella, en Idaho. Al parecer volvió a Los Ángeles pero no cabe duda que las personas en la farmacia con él desearían que se fuera de regreso.
Discussion about this post